Red social
Las redes sociales son estructuras sociales compuestas de grupos de personas, las cuales están conectadas por uno o varios tipos de relaciones, tales como amistad, parentesco, intereses comunes o que comparten conocimientos.
El análisis de redes sociales estudia esta estructura social aplicando la Teoría de Grafos e identificando las entidades como "nodos" o "vértices" y las relaciones como "aristas" o "enlaces"". La estructura del grafo resultante es a menudo muy compleja. Como se ha dicho, puede haber muchos tipos de lazos entre los nodos. La investigación multidisciplinar ha mostrado que las redes sociales operan en muchos niveles, desde las relaciones de parentesco hasta las relaciones de organizaciones a nivel estatal (se habla en este caso de Redes políticas), desempeñando un papel crítico en la determinación de la agenda política y el grado en el cual los individuos o las organizaciones alcanzan sus objetivos o reciben influencias.
En su forma más simple, una red social es un mapa de todos los lazos relevantes entre todos los nodos estudiados. Se habla en este caso de redes "sociocéntricas" o "completas". Otra opción es identificar la red que envuelve a una persona (en los diferentes contextos sociales en los que interactúa); en este caso se habla de "red personal".
La red social también puede ser utilizada para medir el capital social (es decir, el valor que un individuo obtiene de los recursos accesibles a través de su red social). Estos conceptos se muestran, a menudo, en un diagrama donde los nodos son puntos y los lazos, líneas.
El riesgo de las redes sociales
Las redes sociales están en pleno auge y son un fenómeno imparable y revolucionario en cuanto a los nuevos hábitos de los internautas como creadores de contenido en vez de espectadores pasivos. Hasta el punto de que tendrá un impacto decisivo en la conformación de las economías.
Los estadounidenses lo denominan economía creativa. Sin embargo, en contraste con el éxito actual de estos portales, un informe elaborado por ENTER (centro de análisis de la Sociedad de la Información del Instituto de Empresa) advierte de la posible burbuja de las redes sociales desde el punto de vista de la inversión, como en su día sucedió con las puntocom. El estudio cita, entre otros ejemplos, la compra de Facebook -la segunda red social más popular después de MySpace- por parte de Microsoft. Valorada en 15.
000 millones de dólares, el gigante de Redmond pagó 240 millones de dólares por un 1,6 por ciento del portal. Esto supone cien veces más que el volumen de ventas del sitio. Y es que el modelo de negocio de las redes sociales todavía no está claro.
Requieren de poco capital inicial, pues los contenidos los ponen los internautas de forma gratuita. Buscan financiarse con publicidad porque permiten conocer el comportamiento de los usuarios y, por tanto, insertar mensajes más afinados en función de los gustos, apunta Andrés Font, director de ENTER. Pero las redes sociales nacieron sin publicidad y a medida en que los usuarios se sientan bombardeados con ella puede ser contraproducente, matiza Font.
Ese rechazo a los anuncios lo comprobaron en Facebook el pasado diciembre cuando introdujeron una herramienta, denominada Beacon, que permitía al portal enviar publicidad de los productos o servicios que el usuario buscaba o adquiría a todos los amigos registrados en la agenda de contactos. Más de 50.000 usuarios pidieron la retirada del programa.
Ahora sólo les llegan los mensajes a los que eligen esa opción. Llegan a saturarse Las redes sociales también intentan ganar dinero generando mercados internos entre los usuarios (venta de objetos, por ejemplo). Pero la gente se suscribe al servicio para socializar, no para mercadear.
Además de que no está claro el modelo de negocio, el estudio concluye que el ciclo de vida de estas web acaba por una saturación de usuarios: cuando se masifica se produce una pérdida de afinidad entre los suscriptores del portal. Como consecuencia de ello el usuario se da de baja y se inscribe en otra red, en un proceso sustitutivo que se está dando con MySpace y Facebook. En la primera el número de usuarios se ha estabilizado mientras en la segunda crece.
Pensamos que es un fenómeno estructural, no coyuntural, dice Font. Es decir, que esa migración por un exceso de usuarios se va a producir en cualquier red social. Para llegar a esta conclusión, el informe se basa en la Ley de Metcalfe: cuantos más usuarios tiene la Red, más valor tiene ésta.
Pero llega un momento en que la cantidad no aumenta el valor. Ocurre, simplemente, que el usuario ya no puede relacionarse con tantas personas. Derivado de ese excedente el club se va desvirtuando y el internauta se va a otro portal, afirma Font.
El director de ENTER no duda del impacto económico consecuencia de la creatividad de los usuarios ni del valor de una red social. Pero Font advierte del riesgo de que estén sobrevaloradas como inversión.
000 millones de dólares, el gigante de Redmond pagó 240 millones de dólares por un 1,6 por ciento del portal. Esto supone cien veces más que el volumen de ventas del sitio. Y es que el modelo de negocio de las redes sociales todavía no está claro.
Requieren de poco capital inicial, pues los contenidos los ponen los internautas de forma gratuita. Buscan financiarse con publicidad porque permiten conocer el comportamiento de los usuarios y, por tanto, insertar mensajes más afinados en función de los gustos, apunta Andrés Font, director de ENTER. Pero las redes sociales nacieron sin publicidad y a medida en que los usuarios se sientan bombardeados con ella puede ser contraproducente, matiza Font.
Ese rechazo a los anuncios lo comprobaron en Facebook el pasado diciembre cuando introdujeron una herramienta, denominada Beacon, que permitía al portal enviar publicidad de los productos o servicios que el usuario buscaba o adquiría a todos los amigos registrados en la agenda de contactos. Más de 50.000 usuarios pidieron la retirada del programa.
Ahora sólo les llegan los mensajes a los que eligen esa opción. Llegan a saturarse Las redes sociales también intentan ganar dinero generando mercados internos entre los usuarios (venta de objetos, por ejemplo). Pero la gente se suscribe al servicio para socializar, no para mercadear.
Además de que no está claro el modelo de negocio, el estudio concluye que el ciclo de vida de estas web acaba por una saturación de usuarios: cuando se masifica se produce una pérdida de afinidad entre los suscriptores del portal. Como consecuencia de ello el usuario se da de baja y se inscribe en otra red, en un proceso sustitutivo que se está dando con MySpace y Facebook. En la primera el número de usuarios se ha estabilizado mientras en la segunda crece.
Pensamos que es un fenómeno estructural, no coyuntural, dice Font. Es decir, que esa migración por un exceso de usuarios se va a producir en cualquier red social. Para llegar a esta conclusión, el informe se basa en la Ley de Metcalfe: cuantos más usuarios tiene la Red, más valor tiene ésta.
Pero llega un momento en que la cantidad no aumenta el valor. Ocurre, simplemente, que el usuario ya no puede relacionarse con tantas personas. Derivado de ese excedente el club se va desvirtuando y el internauta se va a otro portal, afirma Font.
El director de ENTER no duda del impacto económico consecuencia de la creatividad de los usuarios ni del valor de una red social. Pero Font advierte del riesgo de que estén sobrevaloradas como inversión.
Redes sociales: sus ventajas
Para mucha gente, el marketing se basa en crear necesidades entre los consumidores para, a continuación, ofrecerles el producto que sacia esa necesidad. El ejemplo paradigmático es el de los anuncios de coches que sacrifican la información sobre las características técnicas o las comparativas con otros modelos para, en su lugar, intentar vender una emoción, un estatus social o una identidad.
En el caso de las redes sociales de mayor éxito, como Facebook o Tuenti, la necesidad que nutre su éxito deriva, en gran medida, del desarrollo tecnológico. Por una parte, estas herramientas están dirigidas a una generación que ha crecido entre ordenadores y que considera internet como un canal comunicativo más, como pudieron serlo el teléfono o las cartas para las generaciones anteriores; por otra, lascámaras fotográficas han experimentado un proceso de cambio radical, y capturar la imagen de un momento ha pasado de ser algo que requería tiempo y dinero (comprar un carrete, hacer las 24 o las 36 fotos de turno y pagar por su revelado…) a ser algo tan sencillo como sacar el teléfono móvil, apuntar y pulsar un par de botones, dando lugar a nuevas formas de expresión.
Así, las redes sociales se alimentan de una ingente masa de personas que demandan mostrar a sus amigos, conocidos o el mundo en general lo que ocurre en sus vidas: compartir sus experiencias y participar de las de los demás. Sin embargo, la Red aporta una ventaja que no tienen los álbumes fotográficos de toda la vida, ni tampoco el bar del barrio donde te reúnes con tus amigos: la posibilidad de buscar de forma inmediata a qué personas dar a conocer lo que deseas.
Ventajas en la comunicación
En este sentido, uno de los fenómenos a los que están dando lugar las redes sociales es el de los reencuentros entre personas que, en un momento dado, perdieron en contacto. Antiguos compañeros de estudios o trabajo, viejos vecinos o personas que cambiaron de residencia sólo tienen que teclear en un buscador el nombre de la persona con la que desean retomar la comunicación para, muy probablemente, dar con ella, saciando así su curiosidad. Igualmente, gracias a estas redes, es posible mantener un nexo con alguien de forma sencilla, para evitar que el contacto se pierda debido a un cambio de trabajo, una mudanza o cualquier otra circunstancia.
Por otra parte, si los foros virtuales facilitan la formación de comunidades, las redes sociales les aportan un toque humano, dando lugar a fenómenos como los flashmobs: reuniones breves de un gran número de personas, en muchos casos desconocidas, para realizar una acción determinada. La mayoría de los flashmobs tienen fines lúdicos o de mero entretenimiento, pero las posibilidades no tienen límites temáticos y tienen cabida desde los objetivos sociales y políticos a las expresiones artísticas.
Desventajas
- Son peligrosas si no se configura la privacidad correctamente, pues exponen nuestra vida privada.
- Pueden darse casos de suplantación de personalidad.
- Falta en el control de datos.
- Pueden ser adictivas y devorar gran cantidad de nuestro tiempo, pues son ideales para el ocio.
- Pueden apoderarse de todos los contenidos que publicamos.
- Pueden ser utilizadas por criminales para conocer datos de sus víctimas en delitos: como el acoso y abuso sexual, secuestro, tráfico de personas, etc.